Acabo de terminar de ver la película que nos recomendaron en psicología, Coach Carter, y me ha parecido oportuno hacer una entreda de ella, pues gira alrededor de un tema que tratamos varias veces durante el primer cuatrimestre: la aplicación del deporte a otras materias, el deporte como elemento de concentración.
La película cuenta la historia del equipo de baloncesto del instituto Richmore, un instituto en el que hay un gran porcentaje de fracaso escolar. El equipo de baloncesto, cambia de entrenador, y comienza a entrenar el exalumno Kent Carter. Este, hace firmar un contrato a los chicos diciendo que el se compromete a entrenarles si ellos se comprometen a hacer ciertas cosas, tales como ir con corbata los días de partido, asistir puntualmente a todos los entrenamientos o hasta incluso tener una media académica por encima del suficiente. A partir de ahí, las cosas comienzan a cambiar: el equipo gana desenfrendadmente y los jugadores van cogiendo más y más confianza en ellos mismos, pero derepente, el entrenador Carter se da cuenta de que él está cumpliendo su parte del trato, pero sus jugadores no, pues apenas asisten a sus clases, y decide cerrar temporalmente el gimnasio. Tras llevar a cabo esta acción, se enfrenta a profesores, padres y jugadores, pero al final son estos últimos quienes finalmente le dan la razón, y deciden aprovechar mejor su tiempo hasta finalmente consiguen esa media de suficiente que estipulaba el acuerdo, y vuelven a los entrenamientos. Al final de esta película, se nos muestra el valor del trabajo y la perseverancia, ya que, aunque el equipo del instituto no gana su último partido importante casi todos sus miembros consiguen ir a la universidad.
Lo que más me ha gustado de esta película, es la actitud que pone el entrenador al darse cuenta de los porcentajes de fracaso escolar de este instituto: trata de cambiar un sistema diseñado para que los estudiantes fracasen a través del deporte, en este caso del baloncesto.
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